A la fecha, el tema de las criptomonedas en México aún sigue siendo un laberinto. El tratamiento fiscal para este tipo de monedas es muy confuso y su regulación aún más. Es por ello que, a continuación, trataremos de darte una explicación detallada sobre cómo es que se ha iniciado a gestionar legalmente estos activos.
Empecemos desde la raíz del asunto: ¿Para qué sirven las criptomonedas?
Las criptomonedas son activos digitales que emplean un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto. Estas monedas no existen de forma física: se almacenan en una cartera digital.
Partiendo de esta definición, podemos afirmar que las criptomonedas no son una moneda local con la cual se puedan realizar transacciones en México. La ley monetaria de los estados unidos mexicanos, que es la que rige México, menciona que el único método de pago es el peso mexicano. En este sentido, también se debe de tener en cuenta que para realizar pagos de impuestos y obligaciones fiscales dentro del país se debe emplear únicamente la moneda nacional, es decir, nuevamente el peso mexicano.
Entonces, te estarás preguntando ¿Dónde quedan las criptomonedas?. Pues se trata de un activo que no está regulado ni controlado por ninguna institución y no requiere de intermediarios en las transacciones. Funcionan a manera de moneda de intercambio permitiendo transacciones instantáneas a través de internet y sin importar las fronteras.
La ley Fintech
Sin embargo, en México existe una ley que sí permite su regulación: La ley Fintech, la cual permite regular los activos virtuales. Dichos activos están definidos, según esta ley, bajo las siguientes características:
En primer lugar, la representación de su valor está registrada electrónicamente.
En segundo lugar, esta se emplea como medio de pago para todo tipo de actos jurídicos, es decir, la adquisición de un bien o un servicio, o incluso de otras criptomonedas.
En tercer lugar, se transfiere únicamente vía medios electrónicos, ya que de adquirir otra forma de transferencia, de tal modo que lo podamos tocar o sentir, dejarán de ser criptomonedas y se regularán de manera distinta.
Y finalmente, no son divisas. Esto último debido a que la divisa tiene un tratamiento fiscal diferente al de la criptomoneda.
En base a esta ley, las criptomonedas se clasifican como bienes muebles. Partiendo de esto último, según la ley del impuesto sobre la renta (ISR) existen dos formas de transacciones que se pueden realizar y ser consideradas para el pago de impuestos.
Enajenación de bienes - cuando únicamente se compran y venden las criptomonedas.
Ganancia por la transmisión de propiedad de bienes por pago en especie - cuando se paga una criptomoneda a cambio de una cosa o viceversa.
Debido a que el segundo método viene siendo empleado mucho dentro del mercado negro, la forma adecuada de declarar impuestos, si vienes trabajando mediante criptomonedas, es la primera: Enajenación de bienes muebles. En otra nota te contaremos detalladamente ¿Cómo gestionar los impuestos de las criptomonedas?. Así que, si te interesa el contenido relacionado a gestión de activos digitales, ¡No dejes de seguirnos!
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