Vivimos en un mundo que está en constante cambio y evolución, las innovaciones se vienen dando de manera persistente y veloz gracias a que la información se propaga mucho más rápido que antaño y por ende, el mundo del emprendimiento cada vez fluye de manera más dinámica.
Para emprender ya no basta simplemente con tener una buena idea. Sería bueno si así fuese. Imagínate que según tú tienes una idea brillante. ¿Quién la valida? ¿Sabes si realmente esta idea es pertinente? Quizás tu idea está muy adelantada a tu tiempo, o no has tomado en cuenta varios aspectos del comportamiento de tu consumidor que harían que fueran poco viables. Al aire, puede sonar como una gran idea, pero en la práctica puede costarte mucho.
Para entender cuáles son las claves del éxito de una empresa hay que hablar de los fracasos. Todos sabemos que Mark Zuckerberg lo logró con facebook, pero muy pocos saben que Tyler Droll y Brooks Buffington realmente la embarraron con yik yak.¿Te suena esta aplicación? Lo más probable es que no, y con mucho sentido. Hoy te contaremos un poco de su historia para que sepas que es lo que definitivamente no debes de hacer si decides emprender en el mundo de las aplicaciones.
Porque el chisme siempre vende
Yik yak nació como una aplicación que buscaba promover conversaciones anónimas con personas de tu entorno. Algo así como una mezcla de tinder con reddit. Nació en el año 2013 y en definitiva fue un boom pues, por aquellos años recién surgían los smartphones y las personas, en específico, los universitarios, conectaron muy bien con esta nueva forma de conocer personas.
El problema, como ya te puedes haber imaginado, surgió años después. Después de estar un tiempo en la cima y llegar a estar valorada en 400 millones de dólares, yik yak empezó a tener serios conflictos debido a su propiedad anónima, ya que promovía la difusión de mensajes de odio o el anuncio de tiroteos masivos en las escuelas, lo que en definitiva constituía una amenaza.
Lo creas o no el problema de yik yak no fue tanto estas amenazas, sino la forma en que las encararon. Quitaron aquello que hacía a la aplicación atractiva al público: el anonimato. Entonces ¿Qué la diferenciaba de otro tipo de aplicaciones de mensajería? nada o muy poco. Los creadores no hicieron el esfuerzo necesario para conocer a su público objetivo, ni analizaron bien el entorno en el que estaban. Fue una respuesta rápida pero poco efectiva que terminó por minar la presencia de dicha aplicación y, en su cuarto año de vida vio el ocaso, siendo vendida por tan solo 1 millón de dólares.
¿Cuál fue la gran lección que nos enseñaron Tyler Droll y Brooks Buffington? Entiende a tu consumidor.
¿Te resultó útil esta información? cuéntanos en los comentarios qué otras aplicaciones conoces que hayan fracasado y recuerda que si tienes problemas con la facturación de tu negocio desde efifact siempre estaremos dispuestos a ayudarte a acercarte a un sistema de facturación eficiente y eficaz que te permita emitir tus comprobantes fiscales digitales de manera sencilla, correcta, confiable. Para más información no dudes en contactarnos.
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