Los activos y pasivos forman parte de la terminología básica dentro de lo que a contabilidad se refiere, pues mediante ello es que se llevan a cabo los informes que competen a la situación patrimonial de la empresa. Es por ello que resulta fundamental en qué consiste cada uno de estos conceptos y cómo se relacionan entre sí.
Los activos
El activo es el destino del dinero. Cuando compramos algo a través de una empresa eso se acumula en el activo de la empresa.
El activo no corriente es el conjunto de elementos que la empresa ha comprado y la intención de la empresa es tenerlos con ella más de un ejercicio. Aquí tenemos ejemplos como construcciones, mobiliario, terrenos.. son cosas que la empresa utiliza para que pueda funcionar con normalidad.
El activo corriente es aquello que la empresa posee con el objetivo de venderlo. Es decir aquello que tenemos en el almacén. Además tenemos aquellas cosas que nosotros podemos utilizar para comprar, es decir, dinero. Y finalmente los derechos de la empresa.
El activo no corriente más el activo corriente nos da el total del activo.
Los pasivos
Los pasivos se constituyen por las principales fuentes de financiamiento de la empresa. De esta forma están compuestos en su mayoría por deudas.
El patrimonio neto sería el conjunto de dinero que la empresa ha sido capaz de crear por ella misma para funcionar y al mismo tiempo es el dinero con el que la empresa comenzó a funcionar. Por lo tanto el patrimonio neto es un dinero que no se le debe devolver a nadie. Es propio de la empresa. A no ser que la empresa se disuelva, en tal situación este dinero se le debería devolver a los socios.
El pasivo no corriente vendrían a ser las deudas a largo plazo. Es decir aquellas deudas que se tienen que pagar más lejos de que un ejercicio. Hablamos de 2 años a más.
Mientras que el pasivo corriente son el conjunto de deudas que deben de pagarse a corto plazo, es decir, en menos de un ejercicio.
Normalmente, el patrimonio neto y el pasivo no corriente financian el activo no corriente. Mientras que el pasivo corriente financia el activo corriente.
Para entender mejor estos términos propondremos el siguiente ejemplo:
Imagínate que quieres comprarte una casa de 660 mil pesos y tienes que pedir un préstamo porque no cuentas con el dinero suficiente al momento ¿Te comprarías esa casa con un crédito a 3 meses? ¿No verdad? Lo normal para efectuar este tipo de compras es endeudarse a largo plazo. Hablamos de 10 años a más.
Por otro lado, imagínate que quieres comprarte una camisa de 400 pesos ¿Pedirías un préstamo a 3 años para poder pagar esa camisa? Tampoco. Porque dichas operaciones carecen de sentido.
Es por ello que los pasivos no corrientes y el patrimonio neto, que se basan en un endeudamiento a largo plazo ayudan a financiar a los activos que, de la misma forma, se fundamentan en la permanencia a largo plazo dentro de la empresa. Mientras que el pasivo corriente al tener que pagarse a corto plazo financia aquello que va a permanecer menos tiempo en la empresa, por lo que resulta importante tener más efectivo del que nos endeudamos para no entrar en suspensión de pagos. Es una relación directamente proporcional.
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